Hay veces en las que te preguntas ¿Por qué? esa pregunta que no siempre tiene una clara explicación, que no siempre tiene una respuesta para más o menos estar tranquil@.
A veces, cuando llega la noche y todo queda en silencio, tu mente comienza a preguntarse mil y una cosas distintas, aunque algunas pueden quedar más o menos resueltas, no todas logran hallar solución, no todas las preguntas las tienen o, quizás, no todas merezcan tener solución; pero siempre tu mente continua preguntándose cientos de cosas, de esas que muchas veces crees absurdas pero que son por algo.
Siempre pensamos que estamos exentos de lo que parece lejano, de aquello que pensamos que a nosotros nunca nos sucederá o que de ser así será dentro de mucho tiempo, pero realmente nuestra vida no está exenta de nada, siempre estamos expuestos ante todo tipo de cosas, buenas y no tan buenas, pero que en el momento menos esperado nos puede ocurrir.
Dicen que la muerte es ley de vida, al menos yo se lo escucho decir mucho a los mayores que me rodean, una frase tan dolorosamente cierta pero que nunca damos realmente la importancia que quizás merezca hasta que un día, cuando ves que muchas de las personas que te han ido acompañando en el viaje de la vida desde que naciste se han ido bajando del tren, se han ido marchando a otro lugar y ya no los tienes junto a ti, cuando un día te das cuenta que la vida de quienes te rodean poco a poco se va apagando, ese día te das cuenta que realmente la vida se acaba, que no estamos aquí para siempre, que un día no quedará nadie de quienes en tu niñez te han ido dando esos empujoncítos que necesitabas para caminar, quienes te han acompañado en bastantes momentos en los que tú tan solo eras un crío.
Cuando llega ese día tu mente sigue pensando tratando de encontrar una respuesta a ese ¿Por qué?, buscando una respuesta a las cosas de la vida; tratando de entender por qué te vas quedando "solo" en el camino, por qué quienes de pequeño te han acompañado no lo pueden hacer hasta el final, hasta que tú seas quien deba partir a ese lugar que unos llaman cielo, otros llaman olimpo y al que otros quizás no hallan decidido llamar de ninguna forma.
En la soledad y el silencio de la noche, cuando el sonido que realizas al aporrear las teclas del ordenador es lo único que rompe ese silencio, tu mente no quiere o tal vez no quiere dormir y sin apenas darte cuenta has derramado alguna que otra lagrimílla, impotente de no lograr entender cual es la respuesta al ¿Por qué?, de ver que esa tan simple pero muchas veces dolorosa pregunta no siempre tiene solución para todo.
Quizás no tenga la solución y tal vez nunca logre encontrarla, pero algo si hay seguro y es, que aunque más tarde o más temprano todos acabaremos bajándonos del tren en alguna estación, todos acabaremos dejando el camino de otras personas, a todos se nos acabaran nuestros días y tendremos que marcharnos a otro lugar; pero hoy van ustedes a permitir a este que les escribe que les de un consejo, puede que algo pesado ya que lo repito en numerosas ocasiones pero llegados a este punto, vale la pena tener presente. Vivan, pero siempre hagan lo de la mejor manera, vivan cada uno de los momentos que esta vida les otorga, aprovechando siempre hasta el último rallo de Sol e incluso la última luz de la Luna; vivan junto a los suyos, junto a esas personas que la vida les pone en su camino ya que si lo hace es por algo, no busquen el ¿Por qué? de ello; vivan disfrutando siempre de cada segundo, de cada palabra, cada sonrisa e incluso de cada lágrima, vivan pero sobre todo hagan lo bien, hagan lo como a ustedes les guste estando siempre en paz con ustedes y con los demás, teniendo siempre una sonrisa en la mirada, sabiendo que aquello que hacen es lo mejor, lo que a ustedes les hace estar cada día más a gusto con la vida; vivan queridos amigos y amigas, vivan pero sobre todo hagan lo siendo siempre FELICES!...