A veces, cierro los ojos para poder soñar y de este modo salir por un momento de un mundo que a veces parece no tener cabida para mi.
Cuando al fin he cerrado los ojos y he comenzado a soñar es cuando sientes como te invade un sentimiento de libertad, tranquilidad y paz (esas cosas que no sueles encontrar en el mundo del que quieres escapar). Tal vez ese mundo no este hecho para mi o simplemente yo no este hecho para ese mundo.
Cuando sueño, sueño con un mundo muy distinto, con un mundo en donde la libertad prima por encima de todo, y donde todos viven en paz sin importar nada; ni la clase, ni la ideología, ni la raza, ni la condición, simplemente NADA.
Sueño con un mundo donde todos se respetan y donde todo lo bueno es lo que de verdad florece. Sueño con un mundo en el que todos pueden vivir su vida tal y como desean sin tener que preocuparse por el qué dirán. Sueño con un mundo donde nada está mal porque todo es bueno. En ese mundo nadie es perfecto, la perfección no existe...¿Qué diantres?...nacimos para cometer errores, no para ser o fingir ser perfectos...
Sueño...y cuando sueño siento ser libre, siento que nada me importa y que nada es lo que siempre ha sido. Cuando sueño quisiera quedarme en ese mundo donde todo es mejor y donde no hay gente que te moleste.
Sueño...y cuando parece que me puedo quedar en ese mundo...suena el despertador y el sueño acaba; toca abrir los ojos nuevamente y todo es igual, todo es igual a como lo era antes de cerrar los ojos, todos tus pasos siguen siendo mirados con lupa por gente a la que le parece importar más tu vida que la suya propia, el mundo que había soñado era tan solo eso...un sueño!! Y tan solo te queda seguir apoyándote en quienes de verdad te quieren y aprecian por lo que eres, tan solo te queda la esperanza que tu mismo te das diciendo que lo conseguirás, que algún día conseguirás alcanzar un mundo como el que acabas de soñar. Tan solo te queda la certeza de que cada día seguirás luchando para seguir viviendo.
Y con eso, con esas cosas, cada noche vuelvo a cerrar los ojos para volver a soñar con ese mundo en el que YO soy el único dueño de mi VIDA.
Fran Hernández