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Echo la vista a la inmensidad del cielo y sobre mi se cierne la tormenta; los rayos iluminan todo hasta donde mi vista alcanza a ver y sobre mi cabeza levemente comienzan a estrellarse pequeñas gotas que poco a poco van acelerando el ritmo.
Camino y junto a mí cientos de personas corren a refugiarse de la lluvia: unos corren a ponerse bajo una cornisa, otros van a prisa al quiosco de la esquina a tratar de adquirir un periódico con el que, aunque un poco, les sirva de paraguas improvisado y mientras yo...camino levemente sonriendo al tiempo caprichoso que ha decidido ponerse a llover para que mis pasos caminen entre charcos y calles que parecen convertirse en pequeños riachuelos.
La lluvia no me importa ya que si estoy cerca de ti podremos un día bailar bajo esa lluvia, saltar los charcos y empapar nuestros sueños; la vida se convierte en ese juego en el que debemos lanzar los dados para que el destino mueva ficha, lanzar los dados que nos indiquen los pasos que debemos dar aunque llegará el día en el que la lluvia empape el tablero y los dados dejen de decidir el camino, en el que el tablero lo dibujaras construyendo un juego en el que tú seas quien pongas las reglas, en el que tú decidas ha donde irán tus pasos.
Continuo caminando bajo la lluvia y se que no es mucho lo que tengo para ofrecer pero te prometo bailar bajo la lluvia cada noche de tormenta, ayudarte a saltar esos charcos que la lluvia provoque en el camino si estoy cerca de ti porque contigo #NoImportaQueLlueva...
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