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domingo, 12 de junio de 2016

#Incondicinal



(Da a Play y comienza a leer)

Una fría noche, una vieja estación, una luz casi apagada, las agujas del reloj no dejan de marcar las horas, esas que poco a poco consumen la vida. La noche era oscura y solitaria, las horas pasaban sin piedad mientras veíamos la vida pasar sin esperar un segundo para descansar.

Pero un día, a esta vieja estación llegó ese tren en el que la esperanza un día se embarcó, en el que los sueños decidieron volar y donde sonreír es la única norma que existe.

Tus ojos se clavaron en lo más hondo de los míos hiriendo de gravedad mi corazón, dejando le cautivo en eso que llaman AMOR; eso de lo que tanto escuchaba hablar pero que nunca sentí, eso que tanto me decían que debería llegar pero que nunca esperé.

Tus labios rozaron los míos y tus manos acariciaron las mías; fue entonces cuando sentí lo que es el AMOR, fue entonces cuando de verdad supe que la soledad se acababa en ese mismo instante, cuando mi mente me decía que lo sentía de verdad, que el sueño acabó y comenzó la realidad.

Tu dulce voz dijo "te quiero" y mi corazón volvió a palpitar con fuerza descubriendo que eras a quien tanto esperó y a quien tanto soñó.

Podremos debatir; quizás nos enfademos alguna vez. Nos caeremos pero nos sabremos levantar juntos; sabremos guiar nuestros pasos para que nuestros caminos no se separen JAMÁS. Quizás no se cumplan todos nuestros sueños, pero al menos los intentaremos cumplir, al menos caminaremos juntos de la mano y nos ayudaremos a ponernos en pie; nos pondremos de acuerdo para que el debate acabe en victoria de ambos y tras algún enfado siempre estará el perdón.

Porque el secreto del AMOR se basa en eso y más. En  amarnos siempre y cada vez más, en amarnos hasta en los defectos, en amarnos hasta en las adversidades y en los desacuerdos; en amarnos en cada segundo de nuestras vidas.

Es por ello que se que siempre te amaré de forma INCONDICIONAL.

viernes, 13 de mayo de 2016

#Llueve


(Reproduce el vídeo y comienza a leer)


La lluvia cae sobre la ciudad mientras camino hacia la estación. Al llegar nuestras miradas se cruzan y siento como el corazón se me para en el mismo momento en el que tu cara dibuja una leve sonrisa. Me siento en el banco frente al que tu te encuentras tratando en vano de impedirle al corazón que me haga mirar tu cara, pero una vez más este vuela libre dibujando caminos de ilusión.

Has decidido venir hasta mi banco y preguntar si puedes tomar asiento; con voz leve respondo que si mientras mi corazón roza la locura. Mi mente me dice que te hable pero el miedo impide pronunciar palabra, ese miedo a que una vez más vuelva el dolor. Los minutos pasan y en el anden sólo quedamos y yo.

Una voz anuncia la hora en que el tren llegue a la estación; el momento de la despedida está cada vez más cerca, ese momento en el que la lluvia vuelva adentro de mí. Noto como tu mirada serena miran mis manos inquietas, indecisas a tomar tu mano y caer una vez más en el embrujo del amor, ese que tanto me hizo llorar.

En tus manos sostienes un libro de esos que hablan de amores infinitos, de los miradas dulces y palabras verdaderas. De nuevo siento como el corazón trata que te hable, pero una vez más el miedo se apodera de mis ganas de hablarte, de mirarte, de abrazarnos hasta el infinito.

De nuevo suena esa dichosa voz, ¡esta vez anunciando el final! Mi corazón se deshace al ver como te levantas para coger ese tren sin apenas habernos conocido de verdad, sin haber tomado un café entre conversaciones mágicas.

Tu voz dulce se despide de mi con un "¡Hasta la próxima!" . Esas palabras me suenan extrañas, ¿Habrá próxima vez? ¿Dónde nuestras miradas se volverán a cruzar?

Te adentras en el vagón y la lluvia vuelve a mi adentro al ver como las puertas se cierran justo antes de que al fin me atreviese a gritar que me esperases. Vuelvo a sentarme, y junto a mí yace aquel libro que en tus manos sostenías. Lo abro con tristeza y en la primera página, con letra tímida y dulce leo aquel texto que me da un vuelco al corazón:

"Apenas nos hemos conocido, apenas nuestras palabras se han pronunciado pero al mirar tus ojos contemplé dulzura, miedo y dolor. Ese miedo que me impidió pronunciar palabra a mi también. Me despido con un `hasta la próxima´ ya que sería injusto no darnos la oportunidad que nuestros corazones reclamaban y el temor impidió darnos :)"

Y al final, los números que nos llevarían a poder hablar, a volver a encontrarnos; esta vez sin temores, sin miedos al dolor, sin temor a que la lluvia vuelva a empapar nuestros corazones. Porque una sola mirada sirvió para darme cuenta que sin ti llueve en mi corazón.


lunes, 15 de febrero de 2016

#Promesas


(Reproduce el vídeo y comienza a leer)

Todos hemos hecho alguna vez alguna promesa, quizá la hallamos cumplido pero seguramente algunas de ellas han sido olvidadas. Todos hemos prometido la poner la luna a los pies de alguien o incluso llevarles a esa luna; promesas que al fin y al cabo siempre acaban en el olvido.

Las promesas son sólo palabras cuyo destino es ese...permanecer en el olvido. Palabras que suenan bien cuando se dicen pero que más aún cuando estas se convierten en hechos que nunca serán olvidados.

No queremos promesas vanas que nunca recordaremos, nuestras vidas deben basarse en esos hechos. Podría prometer el mundo, la luna, el sol o una vida eterna; pero seamos realistas, no juguemos a ser Dioses que todo lo pueden y pensemos en actuar para mantenernos en el recuerdo efectivo de quienes nos conocen.

No prometan historias infinitas, hagan infinitas las historias; no prometan besos interminables, besen sin fin; no prometan...actúen.

Les prometo que yo jamás les haré una promesa que nunca pueda cumplir. Les prometo actuar en cada uno de los momentos que la vida nos pone en el camino. Recuerden: las promesas solo son palabras que acaban en el olvido. Los hechos perduran eternamente. Prometo no prometer.